martes, 8 de octubre de 2013

El Decamerón X, 10 fragmento

   Poco tiempo después, habiéndole dicho a su esposa con palabras genéricas que sus súbditos no podían soportar esa niña nacida de ella, dando instrucciones a un siervo suyo, se lo envió, y éste con rostro muy afligido le dijo:
-          Mi señora, si no quiero morir debo hacer lo que mi señor me ordena. Me ha ordenado que tome a esta hija vuestra y que... -y no dijo más.
   La señora, al oír estas palabras y ver el rostro del siervo, como se acordaba de las palabras que le habían dicho, comprendió que le había ordenado que la matase; por lo que tomándola en seguida de la cuna y besándola y bendiciéndola, aunque sintiese un gran dolor en el corazón, sin cambiar de expresión, la puso en brazos del criado y le dijo:
        -Ten, haz cumplidamente lo que tu señor y el mío te ha ordenado,  pero no  la dejes de modo que las bestias y los pájaros la devoren, salvo si él lo mandase.

   Tras tomar el siervo a la niña y hacerle saber a Gualtieri lo que la señora había dicho, asombrándose éste de su firmeza, le mandó con ella a Bolonia con una pariente suya, rogándole que, sin nunca decir de quién era hija, la criase con diligencia y la educase. 

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